La lluvia obligó a suspender las procesiones del Viernes Santo y el Domingo de Resurrección

Como gran parte de la Semana Santa, la tarde del Viernes Santo se vio deslucida en Gines por una amenaza de lluvia prácticamente constante y por precipitaciones bastante importantes en algunos momentos, lo que hizo temer durante todo el día por la suspensión de la Estación de Penitencia de la Hermandad Sacramental.

Tras sopesar cuidadosamente el fuerte riesgo de precipitaciones, la Hermandad decidió finalmente no realizar su recorrido por las calles de nuestro pueblo, con lo que se volvía a repetir la situación vivida por última vez en 2006.

Pese a todo, un buen número de vecinos permaneció bajo la lluvia junto al templo, a la espera de la apertura de puertas para poder contemplar de cerca las sagradas imágenes. Minutos después, y tras rezar un Vía Crucis en el interior de la iglesia, los nazarenos dejaban la Parroquia, que abrió sus puertas a continuación para que todos los presentes en la plaza pudieran acercarse hasta los pasos del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Nuestra Señora de los Dolores Coronada.

Durante unos minutos, los fieles vivieron momentos de especial emoción junto a los titulares de la Hermandad, en un Viernes Santo en el que lamentablemente la lluvia también quiso estar presente.

Con un cielo casi totalmente azul, en la mañana del domingo Gines celebró la Resurrección del Señor con la Solemne Procesión de Su Divina Majestad por las calles de la localidad. La procesión, que abría la Cruz Parroquial, partió desde la iglesia de Nuestra Señora de Belén tras la misa de las diez de la mañana, con la Custodia bajo palio y presidida por el párroco Juan María Cotán y el diácono Jesús Toro. Las calles se llenaron entonces de cánticos en honor del Señor Resucitado, en una jornada de gran júbilo para todos los cristianos.

El domingo por la tarde, las previsiones de lluvia volvieron a impedir la procesión, en este caso la de la Virgen de Belén. La Hermandad decidió, sin embargo, llevar el paso hasta el dintel de la puerta de la Parroquia, donde precedida por un grupo de pequeños monaguillos y a los sones de la Banda Municipal de Música de Gines, los numerosos fieles congregados en la Plaza de España pudieron ver por unos instantes a la Virgen.

La imagen lucía un manto de terciopelo verde de cola que hace años que no vestía, y también pudo verse el dorado parcial de la peana. Desde la Hermandad del Rocío se entregó un ramo de flores en ofrenda a la Virgen, tras lo que se rezó la Salve.

Se ponía así punto y final a una Semana Santa en la que la lluvia se ha convertido en triste protagonista, también en Gines.

INFORMACIÓN: Web del Ayuntamiento de Gines